La industrialización reciente del cine en España

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En los últimos cuatro años el número de películas realizadas en España ha aumentado considerablemente. Así como la recaudación en la taquilla española que, después del fatídico año 2013 en el que cerró el ejercicio económico con 70 millones de euros en caja, se mantiene por encima de los 100 millones por año. Dos sospechas que rondaban por mi cabeza y que he podido corroborar con cifras. Harina de otro costal será determinar la mayor calidad de las producciones cinematográficas ya que mi sentido crítico me runrunea asiduamente lo contrario. De hecho, por probabilidad matemática, a mayor número de cintas tendría que haber también mayor cantidad de buenas películas, y por supuesto, también de malas. Para responder a esta hipótesis me podría basar en las notas de diversos portales y webs especializadas del séptimo arte, pero no me quiero meter en una encrucijada en la que la subjetividad (tanto del medio como del crítico) es un factor determinante. Así pues, me he centrado en analizar el panorama nacional de la producción audiovisual y su taquilla a partir de las 20 películas que más dinero han amasado en los últimos tres años.

Después del estudio, destacan dos aspectos: la aplicación de la Ley del Audiovisual de 2010 ha favorecido a la industria cinematográfica y, al mismo tiempo, ha fortalecido el peso en ella del duopolio formado por Telecinco Cinema y Atresmedia. A grandes rasgos, dicha Ley obliga a las cadenas y operadores de televisión privados, ya sea en abierto o de pago, a invertir un 5% de sus ingresos (6% en el caso de los operadores públicos) en la producción de cine español y europeo. Lejos quedan ya los llantos de las plataformas y los malos agüeros sobre los efectos que esta normativa tendría en el sector. Más bien ha ocurrido todo lo contrario. En 2014 fueron 95 los largometrajes de producción española que poblaron la taquilla recaudando más de 130 millones de euros (casi el doble del año anterior). En 2015 aumentó el número de producciones patrias a la cifra de 134 aunque el montante embolsado fue un poco menor (aproximadamente 110 millones). Y en 2016, se realizaron y estrenaron 161 cintas que percibieron poco más de la cifra alcanzada el anterior año (110 millones).

Las 20 películas españolas más taquilleras de…

Duopolio
Ahora bien, si desmenuzamos las listas de los filmes más taquilleros de los tres últimos años se aprecia a simple vista que la parte alta (los que más ingresan) la copan títulos de Telecinco Cinema y Atresmedia Cine. De este modo, en una misma temporada conviven fenómenos de masas como Ocho apellidos vascos (la película más exitosa de la historia del cine español) con muchas otras cintas a las que acuden menos de 100 espectadores. Si nos fijamos en el top 20 de dichas listas encontramos que prácticamente dos tercios de los largometrajes vienen con la firma de las filiales cinematográficas de las dos cadenas privadas de televisión en abierto de España. Algunos ejemplos que ilustran esta tremenda desigualdad son que en 2014, las diez películas más vistas sumaron 111 millones de recaudación, mientras que las 85 restantes sólo sumarían cerca de 19 millones. En 2015 hay que bajar hasta la octava posición de la clasificación para encontrar una obra que no estuviese participada por Telecinco o Atresmedia (Truman). Y en 2016 hay que mirar todavía un poco más abajo, hasta la décima posición, donde aparece Julieta de Almodóvar producida, en parte, por TVE (que ha quedado totalmente descolgada a la hora de competir con los dos monstruos de la industria).

Duopolio Telecinco-Atresmedia
Además, es curioso como los componentes del binomio dominante utilizan estrategias empresariales diferentes pero que funcionan igual de bien. La empresa de Vasile opta por un número reducido de largometrajes anuales (entre tres y cinco) pero con una gran ambición. Vienen a ser grandes producciones con directores que aseguran el éxito y con un reparto internacional como recién sucedió con Un monstruo viene a verme. Por el contario, Atresmedia protagoniza un mayor número de lanzamientos anuales (vienen siendo doce, uno al mes) con vistas a una posterior explotación en televisión. De este modo se permite dar mayor relevancia a la comedia ligera (Villaviciosa de al lado) sin renunciar a obras más de autor (Que Dios nos perdone o El hombre de las mil caras).

Para la temporada en curso, todo indica a que la historia de los últimos tiempos se va a volver a repetir. Es más, si nada lo remedia será muy difícil que este panorama cambie, al menos, a corto y medio plazo. Así pues, en 2017 Telecinco lanza dos thrillers (Marrowbone de Sergio G. Sánchez y El cuaderno de Sara de Norberto López Amado), dos comedias (Es por tu bien de Carlos Therón y Perfectos desconocidos de Álex de la Iglesia) y un largometraje de animación (Tadeo Jones 2 de Enrique Gato). Y por su parte Atresmedia estrena sus habituales doce títulos: Contratiempo de Oriol Paulo, Plan de fuga de Iñaki Dorronsoro, El guardián invisible de Fernando González Molina, El Bar de Álex de la Iglesia, Abracadabra de Pablo Berger, Inmersión de Win Wenders, Oro de Agustín Díaz Yanes, La niebla y la doncella de Andrés Koppel, Señor dame paciencia de Álvaro Díaz Lorenzo, Las leyes de la Termodinámica de Mateo Gil, Toc toc de Vicente Villanueva, Thi Mai de Patricia Ferreira y Down a Dark Hall de Rodrigo Cortés.

La maquinaria industrial cinematográfica española ya está en marcha y avanza a buen ritmo.

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